La tarta des-tarta-lada.

Este fin de semana, estuvieron en casa cenando unos amigos, y cómo no, pues me metí en la cocina para prepara un postre. No sabía muy bien qué hacer, así que acepté sugerencias de mi pareja, y sin dudarlo me dijo: "Cheescake de dulce de leche".
Me daba un poco de miedo, pero estaba convencida de que esta vez todo saldría bien. Y digo esto, porque hice esta misma receta el pasado verano, para una comida con amigos. Qué sucedió, que era pleno julio, y la comida la hicimos en el jardín, con un calor impresionante, así que saqué la tarta a la mesa y en cuestión de minutos la tarta empezó a deshacerse....menudo chasco! Eso si, aunque de aspecto era horrible, de sabor estaba deliciosa!!! Pensé que con el calor que hacía fue normal, así que esta vez, con el frío que hace ya no habría ningún problema. Pero no fue así....

Empecé con la receta, la seguí paso a paso y gramo a gramo.
Pero a la hora de servirla.....NOOOOO! Otra vez no!! De nuevo al cortarla empezó a desmoronarse....qué frustración . Menos mal, que a pesar del aspecto les encantó a todos.

La receta es del libro de Alma Obregón : "Objetivo: Tarta Perfecta".
Yo os dejo la receta del libro, por si queréis probar a ver qué tal os sale a vosotros, y si os sale bien, por favor explicarme en que estoy fallando. Pero además, os dejo mis sugerencias, con las que creo que la tarta quedaría mejor ( con todo mi respeto a Alma ).

RECETA DEL LIBRO:

Para un molde desmontable de 18 cm.
Para la base:

• 170 gr de galletas maría
• 45 gr de azúcar
• 95 gr de mantequilla derretida

Para la crema:

• 500 gr de queso cremoso de untar, frío
• 180 gr de azúcar
• 200 ml de nata para montar, fría
• 1 cucharadita de extracto de vainilla
• 1 bote de dulce de leche, de buena calidad
• virutas de chocolate blanco

Primero preparamos la base, trituramos las galletas. Una vez trituradas, mezclamos con el azúcar y la mantequilla derretida. Repartimos la mezcla sobre el molde, previamente untado con mantequilla, repartimos por la base y por los laterales. Metemos el molde a enfriar a la nevera.

Ahora preparamos la crema, batimos el queso frío junto la vainilla y el azúcar. Por otro lado, montamos la nata.Una vez tenemos las dos cremas, vamos añadiendo la nata al queso, y mezclamos con la ayuda de una lengua de silicona, con movimientos envolventes. Vertemos sobre la base de galleta y metemos a la nevera mínimo 8 horas. Antes de servir, cubrimos con dulce de leche y espolvoreamos unas virutas de chocolate blanco.

 

 
 Y así acabó, en un tupper.

Aquí os dejo mis sugerencias:

La tarta es todo un subidón de azúcar, así que para hacerla más ligerita, yo eliminaría el azúcar de la base, ya que el dulce de leche ya le da el toque dulce. Además, reduciría también la cantidad de azúcar de la crema para que se note más el sabor a queso, en vez de 180 gr, reduciría a unos 150 gr; también lo que podéis hacer es ir probando la crema mientras la batís, es decir, mientras batís, el queso y la vainilla, vais añadiendo azúcar hasta conseguir el dulzor que queráis (tened presente que después tendréis que añadir la nata montada). Y para finalizar, no la montaría como una tarta en sí; para evitar desmoronamientos o que se os rompa la base de galleta, yo lo serviría en copas. Cogemos unas copas bonitas, y vamos poniendo un poco de base de galletas, encima crema, cubrimos con dulce de leche, y volvemos a repetir, galletas, crema y dulce de leche. El resultado será el mismo en cuanto a sabor, y sin sorpresas de última hora con la presentación.

También podéis probar a cambiar las galletas de la base: oreos, tipo digestive, cookies...Así como sustituir el dulce de leche por mermelada, leche condensada....

Espero que os haya gustado y os dé ánimos a aquellos que le tienen un poco de respeto a la repostería, y vean que es cuestión de práctica, que a todos nos puede salir mal, pero nos sirve para seguir aprendiendo.

Muchos besos!!